viernes, 25 de junio de 2010

¿Fundamentar la enseñanza en los recursos?

Viendo algunos de los blogs que sigo, he encontrado una entrada que me ha hecho reflexionar bastante sobre la situación actual en la que vivimos, pues en ella comentaba una compañera que no debemos basar la calidad de la enseñanza únicamente en los recursos, la cuestión está en saber sacar provecho de lo que tenemos.
Este comentario me ha hecho viajar de nuevo a Punta Cana, lugar en el que estuvimos hace unos dos meses aproximadamente, y en el que además de disfrutar :), pudimos conocer otras culturas y estilos de vida, caracterizados sobre todo por la ausencia de estrés y prisa. Y es que en realidad, el ritmo acelerado que viven las sociedades desarrolladas, a veces hace que me pregunte: "¿por qué y para qué tanta prisa?"
Lo cierto es que los días van pasando, y si sólo piensas en el tiempo, al final no vives el momento, y no valoras lo que tienes en tu día a día. En torno a esto último, es en lo que me gustaría centrarme, pues aquellos niños que vimos puede, bueno y ya no digo puede, sino seguramente no tienen ni la mitad de cosas de las que poseen los que viven aquí. Y eso, sólo por el hecho de haber nacido en un sitio diferente, algo que no es justo. Pero voy más allá, y propongo las siguientes cuestiones: ¿Serán menos felices?; ¿Estarán peor preparados para la vida?; ¿Su educación será deficiente?
Antes de seguir, quiero decir que a estas preguntas voy a responder desde un punto de vista personal, no me voy a basar en datos, ni teorías, y me gustaría que vosotros también expusierais vuestra opinión.
Bien pues, en relación a las cuestiones anteriores, quiero comenzar diciendo que lo material no da la felicidad, ese concepto al que todos aspiramos, es más hay claros ejemplos de personas famosas y millonarias, que han pasado por diversas depresiones, y que no tienen un final muy positivo, y sin embargo, han poseído todo lo que han querido. Pero no debemos olvidar que el más rico es el que menos necesita, no el que más tiene. Por lo que, es una realidad que estos niños cuentan con menos comodidades que las que nosotros podamos tener, pero no por ello, son menos felices, sino puede que todo lo contrario, ya que ceñirse y atarse a lo material pienso que esclaviza, y no nos deja ver lo fundamental de las cosas.
Y por supuesto, que no estarán peor preparados para la vida, porque en cada lugar, somos educados para lo que ahí se demanda. Hoy día en nuestro país, las nuevas tecnologías son indispensables, pero en otros no es así, por lo que es lógico que nosotros tengamos que estar preparados para su manejo y conocimiento, pero quizás en otros lugares, tienen otras preferencias y demandas. Pues no sería de gran utilidad que a un niño que viviese sin tener cubiertas las necesidades básicas, se le enseñara el manejo de un ordenador, cuando él no va a tener la oportunidad de utilizarlo, si no que debe ser preparado para la supervivencia. Aunque el que no lo necesite en su vida cotidiana, no significa que no disfrute con su experimentación y manejo, pues aún recuerdo de ese viaje, cómo una niña de unos 5 años, se divertía haciendo fotografías con una de nuestras cámaras.
Por todo lo expuesto, me gustaría volver a esa "Adela", profesora que superponía los medios, a las necesidades de los niños y a la situación, la cual quería introducir las nuevas tecnologías, de la manera que fuera. En relación a esto, tengo que decir que la base de la educación, no está en los recursos, pues no existe el "supermedio", sino en saber escuchar la demanda de la sociedad, y proporcionar a los niños experiencias útiles para ellos en su día a día. No debemos olvidar que la finalidad de la educación está en formar personas capacitadas en cuanto a conocimientos, pero también, personas preparadas para enfrentarse a la vida en sociedad, se trataría de una formación integral del alumnado.
Como última reflexión, quiero apuntar que tenemos que ser conscientes y valorar lo que tenemos, pues, muchas personas, no tienen esa suerte. Pero ante todo, como educadores debemos sacar el máximo provecho de los recursos que tenemos, y no pensar que por tener más, o más modernos, van a ser mejores, ya que unos serán preferibles a otros, dependiendo de la utilidad que tengan en cada situación particular. Ya pues, sólo me queda responder a la pregunta del título de esta entrada (¿fundamentar la ensañanza en los recursos?), y lo voy a hacer con otra cuestión, la cual creo que la contesta perfectamente: ¿Y si no hay recursos?
Espero que os haya gustado esta reflexión, personalmente creo que a veces es importante replantearnos este tipo de cuestiones.

A continuación os pongo algunas fotos de diferentes escuelas, situadas en países menos desarrollados que el nuestro, como la India, o África:

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